martes, 16 de marzo de 2010

Domingo 14.03: Recreativa Cerro Dantas, 35 km

Hace rato que no vamos a ninguna recreativa, Bocinante y  yo; Bocinante siempre se queja del montón de gente estorbando por absolutamente todo lado, y a mi también me hace nervioso andar en molote entre gente que muchas veces tiene más ganas que habilidades.  En las cuestas hacen las maniobras más extrañas, simpre con el mismo resultado; que todo el mundo se tiene que bajar de la bici, y en las bajadas peor, soltando los frenos y rayando en curvas, como si fueran taxistas borrachos.  Igual decidimos ir a la recreativa de Cerro Dantas, un evento con buena fama de las cinco ediciones anteriores.  

Me desperté 45 minutos tarde, con dolores extraños por todo el cuerpo resultado del ridecito a Puriscal el día anterior.  En realidad no estaba en condiciones para andar en bici, pero Bocinante ya estaba lista, dando brinquitos por la puerta; estaba muy emocionada y no quería desepcionarla.  Salimos antitos de las 9 de la casa, un sprint de unos 5 km para llegar a San Rafael, llegamos justo a tiempo para la salida oficial.  Bocinante feliz, pudo ir de primera detrás de la ambulancia unos 30 segundos hasta que aparecieron los  mordidos, los que gastan toda la energia en los primeros 10 minutos, y los chiquillos de 14-15, siempre hay chiquillos en las recreativas, todos son flaquísimos y andan en licra, tienen cletas un poco grandes para que les rinde por lo menos un par de temporadas, siempre estan muy, pero muy serios y por lo general tienen narizes gigantescas.  Lo de las ñatas no sé a qué se debe, si es un asunto de aerodinámica, si es que no pueden jugar fútbol porque la nariz les estorba y por eso deciden mejor dedicarse al ciclismo, o si simplemente es una coincidencia, pero es un hecho observado y comprobado, y si alguien tiene una buena explicación me encantaría escucharla.  También puede ser que yo esté resentido porque los pequeños ñomos andan mejor que yo, y por eso invento cosas.

De repente apareció un camión con una banda, algo muy exótico y bastante festivo, Bocinante quería ir a buscar una licorera, sombreros alegres, monos disfrazados y un grupo de enanos de una vez, pero la regañé y dije que tenía que esperar hasta que terminaramos la recreativa por lo menos, lo que causó problemas mecánicos de todo tipo los próximos 10 km.

Luego de dar unas vueltas por San Rafa centro, a lo que vinimos; lastre y cafetales.  La primera cuestita con unas piedras sueltas, un despiche completo como era de esperar, alguien se bajó pero no se quitó del camino, los veinte que venían atrás tambien se tenían que bajar, luego cincuenta más que venían a toda velocidad gritando DERECHA! IZQUIERDA! CENTRO!  Molote y maldito Mojarra, igual que siempre.

Después estuvo más tranquilo, más campo para todos y menos estrés.  La ruta estuvo bien diseñada; lastre, cafetales, uno que otro trillo, poco asfalto.  No estuvo demasiado exigente; subidas y bajadas suaves y poco técnicas.  Con la exepción de una parte de la ruta larga después de Concepción, una cuesta de lastre tan empinada como eterna, con un calor impresionante, ya se veía ciclistas medio muertos, suspirando, empujando las cletas lentamente.  Después una bajada de miedo; calle de piedras y algunos huecos sorpresivos, otra vez muchos decidieron mejor bajarse de la cleta para estar seguros de llegar vivos.  

Aparte de eso, no hubo mayor sorpresa. La ruta estuvo agradable y bonita, aunque no tuvo enormes emociones.  Pero me imagino que la ambición no era hacer una ruta muy técnica y espectacular de las que matan la mitad de los participantes y da pesadillas a los demás, sino algo que hasta un principiante puede sobrevivir, nivel 5-6 según mis cálculos.
El ambiente estuvo agradable, todo el mundo parecía contento, la señalización estuvo perfectamente entendible, la asistencia no sé, porque no paré en los puestos oficiales.  En Getsemaní me topé con otro sabadomasoquista temporalmente recreativizado, Juan Pablo, escondido en una esquina de la pulpe reponiendo maltas, supuestamente por el calor.  Como él es experto en nutrición, hubiera sido irresponsable de mi parte no seguir su ejemplo.  Después seguimos hasta San Rafa y la meta; Bar Allan.  Un buen chinchorro donde vendían Cervezas Merecidas™, justo lo que ocupabamos después de unas tres horas de tostazón.  Así que la historia tuvo un final feliz y dos ciclistas aún más felices.

En resumen, una muy buena recreativa nivel 5-6 con una ruta bien pensada y señalización adecuada; le doy un 8/10, vuelvo el otro año si Bocinante lo permite.

sábado, 13 de marzo de 2010

Sábado 13.03: Heredia - Piedras Negras - San Antonio de Puriscal - Heredia, 80 km

Distancia: 80 km
Tiempo: 7+ horas
Pedaleo: 4:40
Promedio: 16.4 km/h
Temperatura: 240°C

Crónica de los lunes, redactado por nuestro DT y motivador de la zona, Ale.
 
Señores, de verdad que uno pone y Dios dispone, pues resulta que en estos días ha hecho tanto calor, que la intención era hacer un ride a un lugar fresco, tipo norte de Heredia o a la zona de Coronado, específicamente a los Troncos en Monserrat.

Ya reunidos, Mike, Juan Pablo, Mau, Luis, Orozco, Max, Svein, Pepe, Andres y este quien les escribe, empieza el estire y encoge de adonde vamos, pero resulta que algunos querían un ride rudo, otros que uno corto, al final decidimos irnos a meter a la caldera del diablo, hacer el ride de la Zompopa; Heredia- Turrúcares- Piedras Negras- Balsa de Atenas- Heredia.

Ya decidida la ruta jalamos, entrando por Vueltas de la Guácima y a Piedras Negras, hasta aquí sin novedad alguna para hacer la 1 parada técnica.

Pero resulta que se le ocurre al aventurero de Svein que subamos a San Antonio de Puriscal, en eso Mike propone una nueva ruta, subir a Jaris de Puriscal, para qué lo dijo, empezaron a aparecer caras de asombro, de susto, algunos incrédulos de semejante osadía; con el calor que estaba haciendo en esa zona, hasta los oriundos lo resienten, ahora nosotros con mucha más razón.

Ni modo, a empezar a subir, aquí es donde uno dice, de verdad hay que ser un sabadomasoquista pura sangre para atreverse a semejante desafío; aquellas cuestas largas, aquel infierno, ni una sombra, todo para arriba, un sol calcinante que le quema hasta las entrañas.  Ibamos en ese suplício cuando la cleta del Mau sufre un estallonazo, un clavo le hace pasada la llanta con todo y neumatico, y como venía de penúltimo manda a decir que alguien baje con un repuesto, oigan nadie chistó, nadie dijo yo, todo el mundo en silencio, nadie se ofreció, no era para menos tener que bajar 1 km y volverlo a subir con aquel sol abrazador, hasta que el valiente de Mike al mejor estilo de Juan Santamaría dio un paso al frente y dijo:
 
Yo bajo.
 
Gracias a Dios que pasó este incidente, para poder descansar e hidratar.

Ya  reagrupados de nuevo, al calvario.  Seguimos subiendo  y como dijo la abuela de Max, a esa cuesta  le cuerella la verga, hasta que al fin llegamos a Jaris, un pueblito pintoresco encajado en las estribaciones de Puriscal, aquí la 2 parada técnica, unas cuantas birras, cocas y galletas, que fue como echarle agua a un canasto, con semejante temperatura  y a esas horas, rondaban los 30 grados, así o más caliente.

De nuevo a la cleta, a sabiendas que hasta ahí era la mitad del ride, y según nosotros la carretera principal  a Puriscal estaba a 200mts.  Qué va señores, todavía faltaban 3 km de pura subida , y de aquí a Ciudad Colón nos esperaba  todavía el ascenso al Alto de los Indios.  Como es lógico el grupo se separó, algunos ya con síntomas de tostazón, otros a ritmo, hasta llegar a la frutería de Ciudad Colón, aquí la 3 y última parada, ahora sí rumbo a Heredia hasta que en San Antonio, Orozco pidió la grúa, no va más, ya venía retostado, y cuando veniamos cerca de Liceo Manuel Benavides, otra victima.  Esta vez le tocó a Pepe, se puso pálido como un papel, sin lugar a dudas le dió la muerte blanca.  Deseo aprovechar para felicitar a Luis, anduvo como los grandes, no sé si se dopó o qué, pero llegó fresco como una lechuga...jajaja.  
 
Bueno señores, después de haber visitado la sucursal del infierno y salir vivos, no me queda más que decir: ya la historia estaba escrita, llegando a Heredia, tostados pero felices con 85 km en las piernas, y hasta la próx aventura ciclística.